La nivelación es el proceso técnico mediante el cual se mide, ajusta y corrige la altitud o pendiente de un terreno, dejándolo con la inclinación deseada para garantizar estabilidad, funcionalidad y cumplimiento normativo en la construcción.
Es una etapa clave en la preparación de terrenos, ya que define la base sobre la cual se construyen:
Vías
Edificaciones
Redes de servicios públicos
Parques y zonas comunes
Plataformas industriales o comerciales
La nivelación garantiza:
Se hace en la fase inicial de obra, con maquinaria (bulldozers, retroexcavadoras) para remover tierra y dar una forma general al terreno.
Se realiza con estaciones totales, niveles automáticos o láser, para lograr cotas exactas requeridas por planos estructurales o arquitectónicos.
Determina diferencias de altura entre puntos. Se usa para drenajes, pendientes, cimentaciones y cortes/rellenos.
Permite conocer las condiciones actuales del terreno (altimetría, pendientes, puntos críticos).
Se cotejan las cotas de diseño con las reales para definir cortes, rellenos y ajustes.
Incluye corte, relleno, compactación y disposición del material, con maquinaria especializada.
Se controla que la nivelación cumpla con los planos y especificaciones del proyecto.
Estación total
Nivel óptico o automático
Nivel láser rotatorio
Drones topográficos (en proyectos grandes)
Software de modelado de superficie (Civil 3D, Revit, GIS)
Terrenos para construcción de viviendas
Plataformas para bodegas o plantas industriales
Lotes urbanizables o rurales
Canales de riego o alcantarillado
Obras viales y de infraestructura pública
Piscinas, canchas deportivas o zonas verdes
No es recomendable. Las bases deben estar niveladas para evitar problemas en cimentación, drenajes y estructura.
La nivelación es el ajuste del terreno, mientras que el terraplén es un relleno controlado para alcanzar una cota deseada.
Sí. Se recomienda contar con planos topográficos y de diseño arquitectónico o urbanístico.
